martes, 7 de abril de 2009

La ayuda tiene medida


Déjame te platico que el otro día mientras comía, tuve una de esas ideas locas que te cambian la perspectiva de las cosas.
Mientras esperaba mi turno de comer, vi que en la calle, por la banqueta caminaba (de hecho, se arrastraba) una señora con un pie enyesado y el otro torcido. Venía muy malhumorada, una pequeña la acompañaba. Vi que le costaba mucho trabajo caminar ya que muletas que traía lejos de apoyarla le estorbaban...y entonces me cayó el 20.
Por si mismas, las muletas significan una gran ayuda para quien no puede caminar. Pero, si no son de la medida adecuada, la ayuda deja de ser para convertirse en un obstáculo, en un estorbo, incluso, puede emperorar la situación.
Mi naturaleza es ayudar, y ese día sentí como si un balde de agua cayera sobre mi sorprendiéndome por lo que acababa de tomar en cuenta: cada ayuda tiene su medida, es decir, uno extiende a otros las cosas que pensamos puedan resolver sus problemas... y si... ¿qué tal que hemos ayudado de manera inadecuada de tal forma que por el contrario obstaculicemos, estorbemos, incluso empeoremos la situación? ¿que tal que somos la muleta inadecuada? ¿Cómo saber cuál es la medida de nuestra ayuda? Y pensando en ello me comí unos ricos tacos de chicarrón en chile verde con arroz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario